domingo, 7 de septiembre de 2008

Estilo

Libro de excepcional belleza y originalidad, El Principito entrega al lector el doble goce de sus hallazgos expresivos al par de sus líricas y profundas reflexiones. Reúne así en sus páginas, en un todo armonioso a inseparable, el pensamiento y la imaginación de su autor- filosofía y poesía a la vez- en un relato que argumental y formalmente alcanza una notable fusión de lo cotidiano y maravilloso.

Sin alterar jamás sus lenguaje diáfano, natural y fluido, donde no falta el humor y la sutil ironía, el narrador utiliza de manera sigerente y oportuna figuras literarias como la comparación: "Cuando enciende el farol es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor"; la metáfora "¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!"; la sinestesia: "Y por la noche me gusta oír las estrellas".




Otros recursos estilísticos a menudo presentes en la obra son la personificación y la repetición. Entre los hondos y breves pensamientosque se hallan en el relato, citemos sólo estos: " Es mucho más difícil juzgarse a si mismo que juzgar a los demás"


"La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón"


"Los vanidosos no oyen sino las alabanzas"


"Sólo los niños saben lo que buscan"


"Lo escencial es invisible a los ojos"




Terminemos señalando que la atmósfera poética en que se desarrolla la acción se mantiene desde la primera hasta la útlima página del libro, y persiste en nosotros después de concluida su lectura, ayudándonos a descubrir pequeñas o grandes verdades que en la vida real suelen pasar inadvertidas. Como la de este fragemento inolvidable entre muchas otras:


"Hubiese sido mejor venir a la misma hora-dijo el zorro- . Si vienes, como por ejemplo a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser felíz desde las tres. Cuanto más avanza la hora más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡Descubiré el precio de la felicidad!. Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón ... Los ritos son nescesarios."

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